Fue financiada por Melchor de Reolid, cuyo escudo nos espera a la entrada (una leona atravesando un curso de agua).
En su inicio estaba presidida por el retablo de los Santos Reyes, que después se trasladó a un lateral de la nave renacentista.
Durante décadas fue llamada la “capilla del Baptisterio”, pues en su centro se colocó una pila bautismal que se sirvió para bautizar a varias generaciones.
Corona la sala un techo con un rico artesonado con decoración floral labrado en piedra en la que aún quedan restos de su policromía original.
Y bajo su suelo se encuentra la cripta “de los Vicarios”, donde se enterraban a los vicarios de la Orden de Santiago.
Actualmente se ha restaurado como capilla-museo donde se exponen diversos objetos de arte antes dispersos y ocultos a la visita.
Destacan un “calvario” con esculturas del siglo XVI que formaron parte del antiguo Altar Mayor de la nave gótica, obra de Juan de Orea… y un gran cuadro con una representación de la Asunción de especiales características.
En ella se proyecta a los visitantes el documental “Yeste, los Pilares de un Pueblo”, que cuenta las claves de la historia de esta Iglesia.